A medida que pasa el tiempo, se accede a más información relacionada con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Esto permite entender la forma en que viven millones de personas alrededor del mundo. A pesar de ello, lo cierto es que todavía es complejo identificar formas adecuadas de trabajo con la población, debido a que tanto la percepción como el diagnóstico y el tratamiento del TDAH pueden variar sustancialmente entre las distintas culturas.
We should consider the role cultural differences play in understanding and managing this disorder. Undoubtedly, these differences can significantly alter the experience of those living with ADHD as well as the response to ADHD in the community.
La percepción del TDAH en la cultura
Continuando con los aspectos mencionados con anterioridad, podemos afirmar que las diferencias culturales pueden tener un importante impacto en la percepción del TDAH. En algunas culturas, por ejemplo, el comportamiento asociado con este tipo de trastornos de aprendizaje se puede ver como malacrianza o simplemente como falta de disciplina, pero no como una condición médica que pueda requerir acompañamiento y tratamiento. Por ejemplo, mientras las culturas que más valoran la independencia y la creatividad en el ámbito educativo pueden ver de forma positiva algunos comportamientos del TDAH, aquellas que valoran ampliamente la obediencia pueden evaluarlo en términos problemáticos.
Por otro lado, hay que destacar que las actitudes que las sociedades toman de cara a la salud mental varían entre las distintas culturas. Los trastornos mentales pueden ser muy estigmatizados en algunas sociedades, llevando en algunos casos a la negación y por tanto, la falta de diagnóstico; mientras que otras culturas pueden tener una posición más abierta a aceptar los trastornos y buscar . El principal problema vinculado con ello es que dichas diferencias culturales pueden acabar teniendo una gran influencia en la prevalencia de diagnósticos de TDAH, como en las tasas de tratamientos relacionados con ello.
La influencia cultural y su impacto en el tratamiento del TDAH
Al hacer referencia específicamente al tratamiento del TDAH, éste también puede tener grandes variaciones entre las culturas. En la mayor parte de las sociedades occidentales, por ejemplo, el tratamiento puede incluir aspectos tales como la terapia conductual, el apoyo educativo y el uso de medicamentos estimulantes, según el caso. No obstante, hay otras culturas en las que se puede apostar por enfoques alternativos como la medicina tradicional, las intervenciones basadas en el rol familiar y también, las terapias a base de hierbas. Si se evalúa el caso de muchas de las culturas asiáticas, por ejemplo, es posible encontrar el uso de prácticas tradicionales como puede ser la medicina herbal o la acupuntura, procedimientos que se usan para tratar los síntomas frecuentes del TDAH. También, podemos evaluar los casos de las comunidades indígenas, algunas de las cuales apuestan por intervenciones que se pueden centrar en prácticas espirituales y apoyo comunitario, entre otras posibilidades. Son enfoques que varían basándose en cómo las diferentes culturas entienden la salud. .
Familia y consideraciones para un enfoque sensible del TDAH
Junto con los aspectos mencionados con anterioridad, hay que tener en cuenta que las diferencias culturales inciden considerablemente en la forma en que las familias abordan los casos de TDAH en el interior de su núcleo. Las expectativas de la cultura sobre el rol de los padres, el comportamiento esperado en los niños y las estrategias preferidas de disciplina pueden incidir en la forma en que las familias perciben y en cómo responden al TDAH. El TDAH puede verse como un desafío que necesita de intervención inmediata en las culturas en las que hay un fuerte énfasis en el rendimiento académico, mientras que la respuesta puede ser distinta en culturas en las que se pone el foco en el desarrollo tanto social como emocional.
A fin de poder brindar un tratamiento adecuado al TDAH en un contexto multicultural, lo más importante es adoptar un enfoque que sea culturalmente sensible. Lo que esto quiere decir es reconocer y respetar las diferencias culturales y cómo éstas inciden en el TDAH, adaptando las intervenciones para que sean apropiadas respecto a cada sociedad.
En relación con ello, los profesionales de la salud deben estar profundamente capacitados en competencia cultural y deben ser conscientes y problematizar, además, sus propios prejuicios. Deben ser capaces, al mismo tiempo, de usar herramientas de diagnóstico que sean válidas y aceptadas para los distintos grupos culturales y tener en cuenta las creencias de cada sociedad al momento de desarrollar planes de tratamiento para el TDAH. También, es importante involucrar a la comunidad y a la familia en el proceso del tratamiento.