Ikigai es un término japonés que se traduce como “la razón de ser”. De acuerdo con la cultura japonesa, todas las personas tienen su propio ikigai y éste debe ser descubierto desde el interior para poder cuidarlo y potenciarlo. A continuación, vamos a contarte acerca del ikigai y cómo puede ser aplicado en la gestión del TDAH.
¿Cuáles son las lecciones del ikigai?
Cuando una persona adquiere un verdadero compromiso consigo misma y se siente identificada con sus valores y actividades, su salud emocional mejora. No obstante, alcanzar ese compromiso es algo difícil de hacer. Pero cuando se obtiene, el ikigai puede ser un remedio para muchos desequilibrios psicológicos que afectan a las personas, como puede ser el caso de la falta de motivación para la vida diaria, la baja autoestima y la prevalencia de diversos miedos.
Entendiendo que el reto es atreverse a encontrar la esencia interior que guíe los propósitos vitales y después, poder actuar en consecuencia. Por eso, el ikigai no es algo fijo, sino que depende de cada persona y puede evolucionar con la edad y convertirse en algo distinto.
El ikigai y el TDAH
Entendiendo lo mencionado con anterioridad, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno neuropsiquiátrico que se caracteriza por la dificultad para mantener la atención, por la impulsividad o por la hiperactividad, en distintos grados. Por eso, las personas con TDAH pueden enfrentar distintos desafíos en diversos aspectos de su vida, incluidos en esto la organización, la autoestima para tomar decisiones y la motivación para actuar.
El ikigai puede ser aplicado en el control del TDAH con el objetivo de acompañar a las personas con dicho trastorno a encontrar su propósito y su motivación en la vida, bajo la convicción de que esto puede contribuir considerablemente a un bienestar general y al manejo de los distintos síntomas del trastorno.
Las formas en que el ikigai se puede aplicar en casos de TDAH son varias. Las más importantes te las contamos a continuación.
5 formas de aplicar Ikigai al TDAH
1. Autoconocimiento
El ikigai puede ayudar a las personas en el proceso para identificar sus valores, intereses y habilidades. Esto les puede ayudar a encontrar distintas áreas de interés y actividades en las que se puedan destacar y que les ayuden a sentirse bien con sí mismos.
2. Fortalezas
Con el ikigai, las personas se pueden enfocar en sus fortalezas y habilidades en lugar de estar todo el tiempo pensando en las dificultades que padecen y que están asociadas al TDAH. Ayuda en el proceso de construir autoestima y confianza en uno mismo.
3. Metas
El ikigai ayuda a las personas a establecer metas que sean significativas para ellas y que sean realistas. Esto, bajo el entendimiento de que tener un propósito claro puede incrementar la perseverancia y motivación en la construcción de diversos objetivos.
4. Rutinas
Relacionado con las formas anteriores, el ikigai ayuda a las personas a establecer rutinas y hábitos que puedan apoyar el cumplimiento de sus objetivos y, al mismo tiempo, que les proporcionen una estructura para organizar el día a día. Si bien las rutinas son importantes para todas las personas, en los casos de TDAH ayudan a gestionar la impulsividad y la distracción.
5. Resiliencia
Finalmente, el ikigai ayuda a las personas con TDAH a desarrollar habilidades para superar obstáculos y adaptarse a los desafíos que puedan ir surgiendo en el camino para alcanzar las metas propuestas.
In short, ikigai can be tremendously valuable in the well-being of neurodivergent folks who want to improve their quality of life. At The Zunzún, we help promote self-knowledge and self-acceptance – book a no-obligation discovery call today